9.3.-Nueva contabilidad holística más global

En este texto el autor nos propone una serie de índices y tasas para contabilizar los servicios y bienes que genera el bosque así cómo otros factores de índole económico que hasta hoy día no se les presta mucha atención por la dificultad para medirlos. En definitiva, las aportaciones del profesor Rojas suponen una apuesta metodológica valiente en el camino de una economía ecológica.

Nos propone contabilizar las externalidades negativas de los procesos productivos que se generan en los bosques estos efectos són el consumo de aga, de energías, la producción de residuos, ruido, etc. De este modo se visibilizarían los efectos externos sobre la población de la zona y el medio ambiente de las actividades empresariales y productivas.

En cuanto a las externalidades positivas, podríamos decir por ejemplo que son un parque público o privado junto a un bloque de edificios o un bosque junto a una zona turística o una urbanización. Las externalidades positivas carecen de opciones de mercado por lo que su atención es mínima. Sin embargo sus beneficios sociales y medioambientales pueden ser muy grandes. Ante estas externalidades podemos obviarlas, que es lo más frecuente, obligar por principio al Estado a velar por ellas y asegurarlas o bien establecer nuevos mecanismos de contabilización que deduzcan el valor añadido del sector receptor a la vez que implementamos instrumentos compensatorios para contabilizar esas externalidades positivas.

Los modelos actuales de contabilidad económica no contemplan la durabilidad de una riqueza generada (cuentan igual un bien duradero que un servicio). Debería desarrollarse un índice de perdurabilidad de la riqueza generada. Las sociedades que hoy consideramos “primitivas” invertían parte de sus riquezas en bienes de gran durabilidad. En el orden consumista actual, la obsolescencia planificada es uno de los principios rectores de la producción. Sin embargo, es un crimen ambiental. Los bosques también sufren la poca durabilidad de los productos en general.

Establecer grados de sostenibilidad supondría poder evaluar mejor cualquier acción. Hay actividades antrópicas sostenibles y otras que no, ya que están ligadas al consumo de recursos no renovables. Sería necesario desarrollar grados de sostenibilidad en relación a un modelo óptimo.

La teoría del valor añadido extrae de cada sector las aportaciones previas de otros sectores, no tiene en cuenta en qué momento de la cadena productiva se produce el valor añadido. Debería de alguna manera adscribirse al sector original, al menos para evaluar adecuadamente su importancia estratégica real como motor económico. Si se midiera adecuadamente las interrelaciones entre sectores se podría evaluar mejor los procesos productivos y ver donde se genera el valor añadido. De este modo reconoceríamos el valor añadido que se debería adscribir al sector original.

La actividad económica moderna tiende a la concentración en determinados polos de desarrollo que generan importantes tensiones demográficas interterritoriales. Sería conveniente analizar para cada sector económico y su grado de contribución al proceso de concentración económica por el contrario al reequilibrio territorial.

Existen otras consideraciones difícilmente evaluables, como pueden ser las de seguridad, culturales, religiosas, morales que los modelos imperantes olvidan completamente.